miércoles, 7 de septiembre de 2011

¿Política rechazada? (Colaboración en Gutiérrez Comunicación)

A principios de abril del 2010 se celebró la XI edición de Tecnimap, las Jornadas sobre Tecnologías de la Información para la modernización de las Administraciones Públicas organizadas por el Ministerio de Política Territorial y Administraciones Públicas.

Personalmente fue una experiencia muy interesante, por ser la primera vez que iba a estas jornadas y, además, por ir como ponente.

Como es lógico, en Tecnimap conocí a muchas personas, algunas ya las conocía virtualmente - como por ejemplo Iñaki Ortiz - otras no.

Y éste es el caso de Carlos Gutiérrez, de Gutiérrez Comunicación, una empresa de comunicación que se presenta indicando que prefiere escuchar antes de hablar :)

Reconozco que en ese momento no conocía de nada a Carlos, él me habló de muchas iniciativas, una de ellas es la que, según mi opinión, es la más conocida actualmente: los eventos Política y Redes Sociales que ha organizado desde entonces.

Posteriormente, en el Personal Democracy Forum Europe 2010 nos volvimos a ver, estuvimos charlando y Carlos me pidió que participara en su blog.

Reconozco que he tardado un poco, pero dicen que más vale tarde que nunca :)

A continuación os transcribo el post que he redactado para el blog de Política y Redes Sociales.



¿Política rechazada?
Los últimos acontecimientos políticos en España (y no hablo sólo de las elecciones de mayo) me han provocado una reflexión: ¿puede ser que esté aumentando el interés por la política?

La verdad es que actualmente hay un claro rechazo de los ciudadanos hacia la política, como mínimo así lo demuestran las encuestas, por ejemplo, en el último barómetro del CIS, correspondiente al mes de julio 2011, dos de cada tres españoles – concretamente un 68,1% – consideran que la situación política actual en España es mala o muy mala, (sólo un 3,1% consideran que la situación política es buena o muy buena).

En otra encuesta, de la Generalitat de Catalunya de este mes de junio de 2011, al preguntar por los problemas de Catalunya, en respuesta libre, se llega a la conclusión que uno de cada cuatro catalanes – concretamente un 25,1% – opinan que están insatisfechos con la política.

Incluso en una encuesta del The Guardian (con la participación de El País), de marzo 2011, entre varios estados europeos queda claro que la confianza para con los líderes políticos está en cotas bajísimas. Por ejemplo, en la pregunta “¿en qué medida confía en el Gobierno para afrontar los problemas que atraviesa su país?”, 8 de cada 10 españoles – concretamente un 78% – opina no tener ninguna o muy poca confianza con el ejecutivo. Este resultado es parecido al obtenido en Alemania (80%), Francia (82%) y Polonia (82%), sólo Gran Bretaña ofrece un resultado que difiere un poco (un 66%).

En la misma encuesta también se pregunta por la honestidad e integridad de los políticos, ya sean del Gobierno o de la oposición. El resultado es demoledor, un 91% de los españoles opina que no confía – o confía muy poco – que sus políticos actúen con honestidad e integridad. El resto de los países encuestados ofrecen unos datos similares, destaca el caso de Polonia, un 96%, ello implica que casi todos los políticos polacos son considerados no honestos o no íntegros, sólo 1 de cada 20 políticos se salva. (También es cierto que en otros países europeos esta situación es muy diferente).

Incluso en el barómetro de opinión de primavera de El Periódico de Catalunya del 2010 a la pregunta (con respuesta libre) “¿qué le sugiera la palabra política?” más de un 70% de los resultados eran respuestas negativas: mentiras, corrupción, intereses personales, etc.

Dada esta situación, ¿qué es lo que falla?, ¿la ciudadanía cómo puede opinar tan negativamente de la política y de los políticos?, ¿cómo puede ser que los políticos no reaccionen ante esta situación?

Personalmente creo que la clave está en la diferenciación entre política y políticos (y partidos políticos), y en conocer exactamente qué es la política.

Según la Real Academia Española, (RAE), la política es “arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados”, yo reemplazaría “Estados” por cualquier administración pública.

La RAE también ofrece otra acepción del mismo concepto, en este caso, desde la visión de los políticos: “Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos”.

Pero personalmente encuentro más interesante esta otra acepción, ahora desde la visión del ciudadano, (también propuesta por la RAE): “Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo”.

Lo interesante es ver que la política abarca mucho más de lo que el ciudadano de a pié cree; llevamos mucho tiempo en el que la política ha estado secuestrada por los políticos, o sea, aquellas personas que, en muchos casos desinteresadamente y con mucha pasión, se dedican de lleno a trabajar por su comunidad.

La política no es exclusiva de los políticos, ni de los partidos políticos, según la RAE cualquier actividad en la que el ciudadano opine acerca de algún asunto público ya es política.

Consecuentemente todo el movimiento #15m es claramente un movimiento político, también lo son muchas acciones de organizaciones civiles que intentan mejorar sus comunidades, como por ejemplo las asociaciones de vecinos; e incluso cuando se comenta una opinión sobre un asunto público en una red social ya estamos realizando política.

Por todo ello, y dada la situación actual, creo sinceramente que desde la transición que en este país no se practicaba tanta política como ahora, la situación de crisis económica y, muy especialmente, la crisis de valores producida por el final de la Sociedad Industrial está provocando este aumento del interés por la política (aunque este palabra genere bastante repelús).

El rechazo de la ciudadanía no es hacia la política, el rechazo es claramente hacia los políticos (especialmente las élites políticas) y hacia los partidos políticos.

¿Cuáles son las razones?

Son muchas y variadas.

En el pasado julio, en Barcelona se realizo un encuentro – organizado por Santi Alemany – entre personas vinculadas con la política y ciudadanos de a pié. En dicho encuentro participó el MH Ernest Benach, ex-presidente del Parlament de Catalunya, uno de los políticos de élite más críticos con la situación actual de repulsa de la ciudadanía.

Benach explicó los motivos que nos han llevado a tener una “tormenta perfecta” que los resultados que todos conocemos, (según este resumen de Xavier Peytibí)::

  1. Baja moral de la población debido a la crisis.
  2. Sistema de partidos que tiene mucha fuerza (debido a que se pensaron así durante la transición) y que tiene muy poca flexibilidad.
  3. Poca relación de los partidos con la ciudadanía.
  4. Financiación poco clara en los partidos.
  5. Vicios establecidos en el sistema que se dan por buenos en el propio sistema de partidos.
  6. Partidos que provienen de la sociedad industrial y que no se adaptan a la sociedad del conocimiento. En muchos casos, están caducos.
  7. Fuertes aparatos electorales que impiden cambiar la ley electoral (como se intentó hacer en Catalunya a finales de 2010).
  8. Degradación de los valores en la sociedad: no se dan valor a las cosas conseguidas y se piensa que todo es fácil y gratis: medicamentos, escuelas… y que la política debe darlo. La culpa no sólo la tienen los partidos y los políticos.

Yo añadiría otros motivos, como por ejemplo lo que Antoni Gutiérrez-Rubí define como la política burlesca, aquella política sin tapujos, crítica, mordaz, directa, burlona, grotesca que es capaz de recoger aquellos votantes cansados de los partidos tradicionales demasiado anclados a la poltrona en algunos casos, y al pasado glorioso en otros.

Además la ciudadanía ha madurado, ya no es aquella que acababa de salir de una dictadura que duró 40 años. Actualmente los ciudadanos queremos participar más, exigimos poder decidir más allá de sólo depositar el voto cada 1.300 días, aproximadamente.

Y con el movimiento #15m muchos ya creen que es posible hacer política sin los partidos políticos. Personalmente no tengo una opinión categórica acerca de esta afirmación, aunque sí que comparto que los partidos políticos han perdido la exclusividad para con la política, ésta hoy en día puede ser realizada por los propios ciudadanos con o sin partidos políticos, con o sin gobiernos.

Para acabar, no tengo ninguna duda en la respuesta a la pregunta inicial del post:

Sí, está creciendo el interés por la política.

(Otra cosa es que la gente lo quiera reconocer públicamente).



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